Hay quien en la bici busca velocidad, quien prefiere las largas llanuras y quien, en cambio, encuentra su esencia en las subidas.

Luca Cavallo, nacido en 1999 y originario de Dronero, pertenece a esta última categoría. Pedalea desde los siete años y nunca ha dejado de perseguir pendientes y metas cada vez más exigentes.

Hoy Luca es atleta del Officine Mattio Cycling Club, además de licenciado en Ciencias del Deporte, preparador físico y masajista deportivo: una doble mirada que le permite vivir el ciclismo no solo con pasión, sino también con conocimiento científico.

En la víspera de la Gran Fondo Il Lombardia, nos contó cómo afronta la preparación, la nutrición y la recuperación, con una mirada auténtica sobre su relación con la bicicleta.

¿Quién es Luca Cavallo hoy, sobre la bici y fuera de ella?

Luca: “Pedaleo desde los siete años y, desde niño, siempre creí que sería mi trabajo. He hecho muchos sacrificios; hasta 2024 me dediqué por completo al ciclismo, llegando a correr unos meses como profesional en el equipo VF Group Bardiani-CSF Faizanè.

Aun así, siempre tuve un plan B: aunque el ciclismo me absorbía por completo, después del instituto me matriculé en la universidad y me gradué en Ciencias del Deporte. Así hoy combino mi pasión por la bici con mi trabajo como preparador físico y masajista deportivo.”

¿Recuerdas tu primer recuerdo en la bici y qué te hizo enamorarte de las subidas?

Luca: “La pasión viene de familia: mi padre competía en carreras amateurs y mi hermano ya estaba en categorías superiores, así que empecé también.

Pronto descubrí que se me daban bien las subidas, también por mi peso y complexión ligera. Me encantan los puertos y las subidas largas, sobre todo por el lugar donde nací. Quien va en bici ama el sufrimiento, esa sensación de llevar el cuerpo más allá del límite. Es un desafío y una motivación al mismo tiempo. Cada vez que mejoro mi tiempo, quiero dar más.”

¿Cómo preparas cuerpo y mente para la Gran Fondo Il Lombardia?

Luca: “La preparación es tanto física como mental. Desde el punto de vista nutricional, sigo una dieta muy rigurosa, aunque, como buen goloso, cuando estoy lejos de las competiciones no me niego un trozo de dulce.

Es importante encontrar el equilibrio y escuchar el cuerpo: demasiadas restricciones aumentan el estrés, el cortisol y empeoran el rendimiento.

En los días previos a la carrera soy muy preciso: de jueves a sábado por la noche, consumo muchos carbohidratos en la comida y la cena, unos 150-200 gramos de arroz o pasta. En carrera sigo el estándar de 100 gramos de carbohidratos por hora.”

Como preparador y masajista deportivo, sabes lo crucial que es la recuperación. ¿Cuál es tu enfoque?

Luca: “No compito en etapas, como mucho una carrera el domingo y otra el fin de semana siguiente. A veces pasan dos o tres fines de semana.

Después de la carrera no soy estricto: si surge salir a comer pizza y tomar una cerveza con amigos o compañeros, voy sin problema. También eso forma parte del placer de haber sufrido.

Pero si he hecho un entrenamiento intenso o siento que lo necesito, entonces presto más atención al estiramiento, los masajes y la suplementación.

En carrera utilizo geles, barritas y carbohidratos en el bidón; después del entrenamiento, me recupero principalmente con la alimentación, para darle al cuerpo lo que necesita para regenerarse.”

Si tuvieras que resumir el ciclismo en una sola regla que también valga para la vida, ¿cuál sería?

Luca: “¡No dar nunca nada por sentado! A veces uno se siente agotado física o mentalmente y piensa que no puede más. Me ha pasado: en un instante olvidas el trabajo de semanas o meses y pierdes el rumbo.

En esos momentos encontré fuerza en mi familia y en mi novia, y al final llegaron victorias inesperadas. Como en la vida: nunca pensar que algo está garantizado; hay que ganárselo cada día.”

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Conclusiones

Para Luca Cavallo, la bicicleta es mucho más que deporte: es una prueba de tenacidad, disciplina y pasión.

Las subidas que tanto ama son el reflejo de la vida: duras, exigentes, pero capaces de ofrecer las mayores satisfacciones a quienes se atreven a enfrentarlas.

Con su enfoque equilibrado entre entrenamiento, nutrición y recuperación, Luca nos recuerda que el ciclismo no es solo cuestión de piernas, sino también de cabeza y corazón. Y que cada pedalada, como cada reto en la vida, merece vivirse hasta el final.