Tendinitis: cómo se desarrolla y se trata la inflamación del tendón

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La tendinitis es una inflamación por sobrecarga que afecta no sólo a atletas y deportistas, sino también a quienes realizan movimientos continuos y repetidos o sufren problemas posturales. En este artículo investigaremos las causas, los síntomas y los tendones más afectados por este tipo de lesión.

Los tendones son estructuras fibrosas que unen los músculos a los huesos u otras estructuras de inserción. Los tendones están formados por dos sustancias, una muy resistente, llamada Colágeno, y otra más elástica, llamada Elastina. Su función principal es transmitir la fuerza del músculo a las estructuras a las que están conectadas, para que las articulaciones se muevan correctamente.

Por su función, los tendones se encuentran en muchas partes del cuerpo, pero los más propensos a sufrir lesiones e inflamaciones son sin duda el tendón del hombro, el codo, la mano, la rodilla y el famoso tendón de Aquiles, es decir, el que une los músculos posteriores de la pantorrilla con el pie.

Inflamación de los tendones: síntomas y causas de la tendinitis

Se hace referencia con tendinitis a la inflamación de un tendón. El principal síntoma de la tendinitis es el dolor, que tiende a aumentar con el movimiento o la presión sobre el tendón. Otros síntomas relacionados con la inflamación del tendón son el calor, la hinchazón o el enrojecimiento.

En las formas agudas de tendinitis, la causa suele ser traumática, como un esguince o una carga excesiva durante los ejercicios. En cambio, en el caso de la tendinitis crónica, hay que buscar la causa en movimientos repetidos y continuados en el tiempo –por ejemplo, debido a actividades laborales– o problemas posturales.

¿Qué tendones son más propensos a inflamarse?

Tendinitis del manguito de los rotadores

Se trata de una inflamación de los tendones del hombro, que afecta a los principales estabilizadores de la articulación glenohumeral (o escapulohumeral), es decir, a los músculos que componen el manguito de los rotadores. El tendón más propenso a desarrollar inflamación es el del músculo supraespinoso, a menudo debido a una afección denominada Pinzamiento subacromial, en la que el tendón en cuestión es aplastado repetidamente entre la cabeza del húmero y el acromion (parte anatómica de la escápula) durante el movimiento de elevación y descenso del brazo.

La tendinitis de hombro es uno de los problemas más comunes relacionados con la articulación escapulohumeral, que se manifiesta con punzadas de dolor en el hombro, especialmente durante la noche. Si has sufrido recientemente dolor en el hombro y crees que puede tratarse de una lesión en el tendón, echa un vistazo a los consejos de nuestros fisioterapeutas para comprender qué hacer en caso de inflamación del manguito de los rotadores.

Tendinitis de codo

Cuando se habla de una tendinopatía relacionada con la articulación del codo, se habla principalmente de Epicondilitis lateral (también llamada codo de tenista), caracterizada por dolor en la parte externa del codo, o Epitrocleitis (el llamado codo de golfista), si el dolor se localiza en la parte interior del codo.

Aunque son patologías diferentes, en ambos casos se trata de una disfunción por sobrecarga tendinosa en la que la sintomatología surge al levantar objetos pesados o apretar la mano con fuerza. En los casos graves, el dolor de codo persiste incluso en reposo o tras un pequeño esfuerzo, como abrir una botella de agua, y a menudo se extiende al antebrazo, la muñeca y ocasionalmente a los dedos.

Tendinitis de rodilla

Las inflamaciones tendinosas más frecuentes en la rodilla son las que afectan a:

  1. Tendón rotuliano o ligamento rotuliano: la parte central de la rodilla, que une la rótula a la tibia. La tendinitis rotuliana es una enfermedad de sobrecarga funcional, debida principalmente a la acción repetida de saltar, precisamente por ello se la denomina «rodilla del saltador» y afecta sobre todo a los deportistas.
  2. Cintilla iliotibial: es decir, el compartimento externo de la rodilla. En este caso, la inflamación afecta al tejido que se extiende desde el lateral del muslo hasta debajo de la rodilla. El llamado «Síndrome de la cintilla iliotibial» puede producirse como resultado de movimientos repetidos y prolongados de extensión y flexión de la rodilla, como al correr o montar en bicicleta.
  3. Tendones de la pata de ganso: está formada por la inserción de los tendones del músculo sartorio, el músculo grácil o recto interno y el músculo semitendinoso en la parte interna de la tibia, formando así el compartimento medial de la rodilla, responsable de la flexión y la rotación interna de la articulación. El esfuerzo continuado provoca inflamación, que se manifiesta en punzadas de dolor debajo de la rodilla, a menudo asociadas a hinchazón y que persisten incluso en reposo, especialmente durante la noche.

Cuando la inflamación afecta los tendones de la rodilla, surge dolor durante muchos de los movimientos de las extremidades inferiores, como running, saltos, subida o bajada de escaleras y actividades cotidianas sencillas, por lo que los síntomas resultan especialmente molestos si no se tratan con prontitud.

Tendinitis del tendón de Aquiles

El tendón de Aquiles es una estructura muy resistente que conecta el músculo tríceps sural al talón. Por diversas razones, entre ellas la sobrecarga, lesiones traumáticas, alteración del apoyo plantar o rigidez de los músculos de la cadena posterior, el tendón puede inflamarse.

El dolor suele sentirse en la parte inferior, cerca del talón, durante actividades como marcha, running y saltos pero también al ejercer presión sobre la parte posterior del tobillo. Las punzadas dolorosas suelen ir acompañadas de pérdida de fuerza muscular y son especialmente agudas por la mañana, nada más despertarse, durante los primeros pasos, para luego mejorar a lo largo del día. Además de dolor en el pie y el tobillo, la inflamación del tendón de Aquiles puede provocar hinchazón, rigidez y, en algunos casos, la aparición de un eritema.

Tratamientos y tiempo de recuperación

La duración de la tendinitis aguda es muy variable y los tiempos de recuperación son subjetivos. La recuperación completa oscila entre unos días y unas semanas.

La tendinitis aguda se trata inicialmente con reposo, aplicación repetida de hielo y posiblemente antiinflamatorios. Las terapias instrumentales de fisioterapia, como el LÁSER o la TECAR en modo atérmico, también pueden ayudar. Habitualmente, esta terapia inicial se complementa con una reeducación muscular y del tendón con ejercicios específicos.

En las tendinopatías crónicas, ciertamente más complicadas de tratar, es esencial investigar la causa del problema y establecer después el plan de rehabilitación correcto junto con un fisioterapeuta. En estos casos, es útil realizar pruebas diagnósticas, como una ecografía o una resonancia magnética, para evaluar el estado del tendón y la posible presencia de calcificaciones, antes de pautar un tratamiento de recuperación. Sólo en este caso el médico valorará la conveniencia de una intervención quirúrgica sobre la lesión.

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