Epicondilitis: cómo tratar el Codo de tenista

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Pese a su nombre, no tenemos por qué ser Roger Federer o Novak Djokovic para sufrir el llamado Codo de tenista. La Epicondilitis, de hecho, en la mayoría de los casos, es una inflamación por sobrecarga que afecta a personas que por trabajo u ocio ejecutan actividades que requieren movimientos repetidos del codo y la muñeca.

En este artículo se explica en profundidad cuáles son los síntomas del codo de tenista y cómo tratar la Epicondilitis mediante un plan de rehabilitación específico.

Qué es la Epicondilitis y por qué se llama codo de tenista

La Epicondilitis lateral, o Codo de tenista, es una afección por sobrecarga caracterizada por dolor en la parte externa del codo, más concretamente en la zona de inserción del tendón de los músculos extensores del antebrazo (epicóndilo). El dolor se agudiza cuando se aplica presión en la zona del epicóndilo y cuando se produce una dorsiflexión de la muñeca y/o del tercer dedo de la mano contra una resistencia.

La Epicondilitis es un tipo muy común de tendinopatía, con un pico de incidencia entre los 40 y 50 años de edad. A pesar de la definición, el tenis es la causa directa de esta inflamación sólo en el 5% de los casos, mientras que la gran mayoría de los afectados son personas que realizan trabajos con movimientos repetitivos de muñeca y codo (electricista, fontanero, albañil, jardinero, etc.).

Anatomía del codo: cómo funciona la articulación

El codo es la articulación que une el brazo y el antebrazo, uniendo el húmero (hueso del brazo) con el radio y el cúbito (huesos del antebrazo). El codo permite tanto amplios movimientos de flexión y extensión como movimientos más limitados de pronación y supinación.

El Epicóndilo es una protuberancia ósea en la parte distal del húmero, es decir, la parte más cercana al codo. Esta protuberancia está presente tanto en la cara interna como externa del húmero:

  • los músculos extensores del antebrazo se insertan en el epicóndilo lateral;
  • los músculos flexores del antebrazo se insertan el epicóndilo medial (o epitroclea).

En realidad, el codo está formado por tres articulaciones: la articulación número-cubital, húmero-radial y la radio-cubital. Junto con los diversos músculos que se insertan en los dos epicóndilos, las tres articulaciones del codo se mantienen en contacto mediante un manguito fibroso denominado Cápsula Articular, que a su vez está reforzado y estabilizado por diversos ligamentos.

Causas y síntomas de la Epicondilitis

La Epicondilitis puede tener varias causas, que deben ser debidamente analizadas por un fisioterapeuta experto:

  1. sobrecarga debida a una actividad deportiva o laboral a la que no estábamos acostumbrados;
  2. microtraumatismos repetitivos que provocan la degeneración de los tendones del músculo extensor;
  3. disfunción de una de las tres articulaciones del codo;
  4. inflamación del Ligamento Anular del Radio;
  5. problemas neurodinámicos derivados de columna cervical (en particular cabe explorar la zona de C5 a T1).

El síntoma típico de la Epicondilitis es el dolor localizado en la parte exterior del codo. A veces, puede irradiarse hacia abajo, prolongando la sensación de malestar incluso en el antebrazo. El dolor aparece principalmente durante actividades que implican aferrar o levantar un peso y/o mover el codo, tales como levantar una bolsa de la compra, utilizar un destornillador, levantar pesas en el gimnasio, jugar al tenis, etc. En los casos más agudos, el dolor está presente incluso en reposo y en actividades aparentemente inofensivas, como abrir una botella o estrechar la mano de otra persona.

La diferencia entre Epicondilitis (Codo de Tenista) y Epitrocleitis (o Codo de Golfista) radica en la localización del dolor, que en este último caso surge en la cara interna del codo. En cuanto a las causas, las actividades que provocan estos dos tipos de inflamación tendinosa son muy similares.

Remedios: cómo tratar la Epicondilitis

El tratamiento de la Epicondilitis consiste principalmente en un programa completo de fisioterapia, centrado en primer lugar en identificar el factor desencadenante y en segundo lugar en reducir la inflamación. La rehabilitación de la Epicondilitis se divide en tres fases: fase aguda, subaguda y final.

  1. En la fase aguda inicial, el objetivo es comprender las causas de la Epicondilitis y reducir el dolor causado por la inflamación. Por lo tanto, son esenciales el reposo y la fisioterapia, consistente en técnicas de terapia manual, terapia instrumental (LÁSER, TECAR, ultrasonidos), ejercicios de estiramiento prudentes y ejercicios isométricos.
  2. En la fase subaguda, la potenciación activa y la reanudación de la actividad funcional serán muy importantes: ejercicios concéntricos y excéntricos, ejercicios para la elasticidad de la cadena muscular transversal y reanudación gradual de los movimientos que causaron el dolor, posiblemente con el uso de un vendaje o una codera, específica para la Epicondilitis.
  3. En la fase final, por el contrario, el objetivo es la vuelta a la plena actividad deportiva o laboral, incrementando los ejercicios de fortalecimiento y pautando un plan de mantenimiento.

Tratamientos para el Codo de Tenista: los consejos del fisioterapeuta

Si el dolor en el codo es persistente y no desaparece con simple reposo, hay que consultar a un fisioterapeuta para que valore el mejor tratamiento a realizar y evitar posibles dolores crónicos. Aquí damos algunos consejos sobre qué hacer si se sospecha de una inflamación por sobrecarga, como el clásico «codo de tenista»:

  • Cabe recordar que, en caso de Epicondilitis, un fisioterapeuta competente siempre debe explorar otras regiones además del codo: columna cervical, hombro, columna dorsal, muñeca y mano porque también pueden estar implicados en la inflamación.
  • Tanto las terapias pasivas (manuales e instrumentales) como las activas (ejercicios específicos) son necesarias para la resolución completa del problema.
  • Se recomienda realizar una ecografía para evaluar el estado del tendón y la musculatura de la zona dolorida, sobre todo en caso de dolor de codo persistente durante varias semanas.
  • La ortesis específica para Epicondilitis tiene la función de disminuir la contracción de los músculos extensores del antebrazo para disminuir las fuerzas de tracción sobre el tendón inflamado y, en consecuencia, reducir el dolor. Puede ser útil en las fases iniciales al reanudar la actividad, pero debemos intentar abandonarlo lo antes posible para evitar que el cuerpo se acostumbre demasiado a esta ayuda.
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