Cómo tratar la talalgia: causas y remedios del dolor de talón

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El dolor de pie puede tener numerosas causas, muy diferentes según la región anatómica afectada y no siempre fáciles de detectar. Cuando el dolor se localiza bajo la planta del pie o en el retropie, podría tratarse de una talalgia, una afección frecuente tanto en adultos como en niños que, si no se trata adecuadamente, puede pasar de ser una simple molestia a un dolor crónico.

Talalgia: definición y región anatómica

La talalgia, en términos médicos, el dolor en el talón o talodinia, indica un síndrome de dolor agudo en la parte inferior y/o posterior del pie. Desde el punto de vista anatómico, el talón es la parte posterior del pie correspondiente al hueso calcáneo, que, junto con otros siete huesos, forma el tarso.

Las 10 causas más frecuentes

La talalgia puede aparecer a cualquier edad, incluso en niños, pero es sin duda más frecuente en personas deportistas de entre 20 y 50 años. Las causas del dolor de talón pueden ser muchas, de origen esquelético, muscular, tendinoso o incluso neuropático.
Las más frecuentes son:

  1. Fascitis Plantar, inflamación de los ligamentos de la planta del pie.
  2. Inflamación de la inserción del Tendón de Aquiles en el calcáneo.
  3. Bursitis retrocalcánea, inflamación del saco de líquido sinovial situado entre el tendón de Aquiles y el hueso.
  4. Sobrecarga debida a una actividad física prolongada sobre superficies duras, como el hormigón.
  5. Espolón calcáneo (o espina calcánea), una pequeña formación ósea espiniforme en el talón que puede causar una sensación incómoda, como caminar sobre clavos.
  6. Fracturas por estrés.
  7. Pie plano.
  8. Acortamiento excesivo de la cadena muscular posterior.
  9. Inflamación nerviosa, en particular de los nervios plantares y tibiales.
  10. Radiculopatía con compresión de la raíz nerviosa a nivel lumbar o sacro.

Síntomas de la talalgia y cómo diagnosticarla

El síntoma principal de la talalgia es una molestia que aumenta gradualmente, localizada bajo la planta del pie o en la zona posteroinferior del talón, cuando este se apoya en el suelo. Por lo general, el dolor es agudo, como una punzada repentina o una sensación de quemazón, sobre todo al caminar tras un periodo de reposo, por ejemplo, por la mañana justo después de despertarse o tras permanecer mucho tiempo sentado. En casos graves de talalgia, el dolor puede llegar a ser constante e independiente de la actividad física.

El diagnóstico del médico es principalmente clínico porque la talalgia presenta síntomas claros y localizados en una parte concreta del pie, pero también puede recurrir a pruebas diagnósticas como la radiografía o la ecografía para obtener una imagen más completa de las causas desencadenantes.

Tratamientos y remedios para curar la talalgia

Primeros auxilios

La talalgia suele ser una afección que aparece gradualmente, hasta que se convierte en una molestia constante e insoportable si no se trata. Es raro que comience con un acontecimiento traumático concreto, con dolor agudo inmediato. La única excepción es una caída desde cierta altura con aterrizaje sobre el talón, con aparición inmediata de dolor: en este caso, se recomienda la aplicación de hielo y una radiografía para excluir posibles fracturas.

Pruebas radiológicas

Como ya se ha mencionado, en caso de talalgia, el médico puede prescribir algunas pruebas como radiografías, ecografías o resonancias magnéticas, que son útiles para evaluar la presencia de posibles fracturas por estrés, bursitis, edema óseo o lesiones de tejidos blandos.

Reposo y fisioterapia

En la mayoría de los casos, la fisioterapia es la mejor opción para tratar la talalgia y solucionar el problema definitivamente. En primer lugar, el reposo es esencial, por lo que el paciente debe abstenerse de la actividad deportiva durante el tiempo necesario para la recuperación.
En el caso de talalgia, el fisioterapeuta puede utilizar una combinación de terapias instrumentales (como ondas de choque o TECAR), terapias manuales (liberación articular, de la fascia plantar y de los músculos de la pantorrilla) y ejercicios posturales específicos, de estiramiento o de fortalecimiento.

En algunos casos, el fisioterapeuta puede sugerir una colaboración con el podólogo para evaluar el apoyo del pie y la distribución de la carga, sugiriendo posiblemente el uso de una plantilla ortopédica a medida para reducir la tensión en el talón.

Consejos útiles y consecuencias de la talalgia no tratada

Existen algunas medidas y remedios útiles para la talalgia que pueden seguirse de manera autónoma, especialmente en las primeras fases del dolor, por ejemplo:

  • evitar los zapatos planos y preferir las zapatillas con una buena elevación del talón;
  • ejercicios de estiramiento de los músculos posteriores de la extremidad inferior, en particular de la pantorrilla y de los músculos isquiocrurales;
  • automasaje con pelota de tenis de la fascia plantar;
  • automasaje con rodillo a la altura de la pantorrilla.

Estas son algunas precauciones sencillas que también pueden tomarse en casa. Sin embargo, siempre es aconsejable hacer una visita médica o una valoración fisioterapéutica lo antes posible para poder iniciar el tratamiento con prontitud.

La talalgia no tratada puede provocar dolor crónico, lo que complica la recuperación. Además, dado que el pie es un punto central de la postura, la alteración de la marcha debida al dolor podría acarrear otras consecuencias, como la aparición de dolor de rodilla, articulación de la cadera o región lumbar.

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