Osteoartrosis: desde los primeros síntomas hasta el plan de tratamiento fisioterapéutico

5 MIN 6 diciembre 2021

A medida que aumenta la edad media, las enfermedades degenerativas del sistema óseo adquieren cada vez más importancia e interés. Mientras que en el miembro superior estas patologías afectan principalmente a las estructuras musculotendinosas, en el miembro inferior los cambios degenerativos afectan principalmente al hueso y al cartílago articular.

Entre ellas, la osteoartrosis (que no debe confundirse con la artritis, que es una enfermedad diferente, a pesar de algunos síntomas comunes con la artrosis) es la más frecuente a partir de los 50 años, debido al desgaste del cartílago articular, concretamente de la rodilla, la cadera y las manos.

En este artículo explicamos cómo reconocer el dolor articular causado por la artrosis, las diferencias entre artrosis y artritis, y cómo aliviar los síntomas con fisioterapia y algunos ejercicios útiles para todos. Si tienes alguna pregunta, contacta con nuestros fisioterapeutas escribiendo a [email protected].

No sólo dolor articular: qué es la artrosis

Entre las enfermedades degenerativas del sistema óseo, la osteoartrosis, o más sencillamente la artrosis, es la más frecuente y constituye una causa importante de dolor e incapacidad, ya que provoca una reducción gradual pero significativa del movimiento. La osteoartrosis es, de hecho, una artropatía (es decir, una patología relacionada con una articulación) crónica dolorosa, no inflamatoria, que está asociada desde el punto de vista anatómico a alteraciones degenerativas del cartílago articular.

La osteoartrosis se clasifica en cuatro estadios, del 1 al 4, en función del daño articular, que sólo puede comprobarse mediante radiografía.

  • Grado de artrosis 1 y 2: es importante someterse a un plan de rehabilitación específico de forma precoz y constante para retrasar al máximo la aparición de síntomas graves y rigidez articular.
  • Grado de artrosis 3: en este caso, la limitación de la movilidad articular ya es importante, pero la fisioterapia continuada puede ayudar a mantener estable la reducción progresiva del movimiento y mejorar la calidad de vida, a la espera de la evaluación de la cirugía.
  • Grado de artrosis 4: representa el estadio más grave, para el que se requiere una intervención quirúrgica de sustitución, es decir, una prótesis, solución que hoy en día es muy frecuente, sobre todo en el caso de las prótesis de cadera o de rodilla.

Las causas de la artrosis primaria y secundaria

En función de las causas específicas, la osteoartrosis se clasifica en artrosis primaria y secundaria.

La osteoartrosis primaria surge sin causa aparente (idiopática), normalmente debido al desgaste por envejecimiento, en articulaciones que hasta ese momento estaban sanas.

La osteoartrosis secundaria, por su parte, surge como resultado de afecciones específicas que cambian el microambiente del cartílago: un traumatismo o fractura importante, un proceso infeccioso o inflamatorio, anomalías articulares congénitas, defectos metabólicos, trastornos endocrinos o neuropáticos, por citar sólo algunos ejemplos.

Síntomas y regiones del cuerpo más propensas a la osteoartrosis

La osteoartrosis es un proceso degenerativo que puede afectar diversas articulaciones del cuerpo humano, en particular las que están sometidas a una mayor carga diaria. Por lo tanto, es normal que las articulaciones más afectadas sean las caderas y las rodillas. Otras zonas propensas a la artrosis son las manos, donde las formas más comunes son la rizartrosis y la artrosis nodular, y con menos frecuencia el hombro, el codo y la muñeca.

El dolor es el síntoma más frecuente de la osteoartrosis, a menudo descrito como sordo y profundo. Al principio aumenta con la carga y disminuye con el reposo, pero en etapas más avanzadas puede llegar a ser constante. Otro síntoma importante es la rigidez articular, sobre todo por la mañana al despertarse o tras la inactividad.

¿A qué edad comienza la artrosis? Algunas estadísticas

La incidencia de la artrosis después de los 65 años es del 60% en los hombres y del 70% en las mujeres. Incluso en el grupo de edad inmediatamente inferior, entre 50 y 65 años, la frecuencia de la enfermedad es elevada, debido al proceso normal de envejecimiento del cartílago articular. Raramente, la osteoartrosis primaria afecta a individuos menores de 40 años; en estos casos, se trata generalmente de personas que han practicado deportes de competición durante mucho tiempo.

Diferencia entre artritis y artrosis

La artrosis y la artritis son dos enfermedades diferentes, aunque pueden tener puntos y síntomas en común. La artritis es una enfermedad de tipo inflamatorio, es decir, debida a un proceso inflamatorio en la articulación. Además del dolor y la rigidez, también comunes a la artrosis, la artritis se manifiesta con hinchazón y sensación de calor. El dolor puede estar presente incluso en reposo –al contrario que en la artrosis, al menos en sus formas no demasiado graves– y también puede afectar a sujetos jóvenes, lo que no es frecuente en la artrosis. La artritis también puede estar causada por enfermedades reumáticas y autoimunes, tales como la Artritis Reumatoide, la Gota o el Lupus.

Fisioterapia para la osteoartrosis: cómo es el plan de rehabilitación

Todos los tratamientos de la osteoartrosis implican un plan de rehabilitación específico, que tiene cuatro objetivos principales:

  1. el control del dolor;
  2. la recuperación de la función articular, es decir, recuperación de una articulación funcionalmente útil y sin dolor, una musculatura eficiente y una buena propiocepción;
  3. la reducción de la discapacidad;
  4. la mejora de la calidad de vida.

Este plan es especialmente útil como tratamiento en las fases 1 y 2 de la artrosis, cuando el daño articular en el cartílago aún no ha alcanzado un nivel demasiado grave.

En estadios avanzados, cuando es posible, la cirugía es la mejor opción. Sin embargo, el tratamiento conservador de la osteoartrosis, por ejemplo en casos de artrosis de cadera, constituye a menudo la única solución terapéutica para el paciente o es en muchos casos una solución temporal, con el objetivo de posponer la cirugía de sustitución de prótesis.

Las fases que se siguen durante la fisioterapia son las siguientes:

  • Tratamiento del dolor, utilizando técnicas de terapia manual e instrumental y enseñando al paciente sobre cómo no esforzar más la articulación.
  • Ejercicio terapéutico y actividad física específicos para el tratamiento de la osteoartrosis. El ejercicio terapéutico permite no sólo reducir el dolor y mejorar la funcionalidad, sino también recuperar parcialmente el movimiento articular, fortalecer los músculos estabilizadores alrededor de la articulación y mejorar la coordinación (reeducación propioceptiva).

Aún más fundamental es el tratamiento de rehabilitación tras la cirugía, para recuperar la funcionalidad articular, fortalecer los músculos y recuperar la autonomía.

Ejercicios y consejos útiles en las primeras fases de la artrosis de rodilla y de cadera

En caso de artrosis de cadera o de rodilla en las fases iniciales (fase 1 o 2), el plan de fisioterapia debe consistir en:

  • Ejercicios aeróbicos cardiovasculares respetuosos con el dolor, como la bicicleta o caminar al aire libre (como alternativa, bicicleta estática o cinta de correr en el gimnasio) y nadar, que permiten no cargar peso sobre la articulación.
  • Estiramientos y ejercicios de movilidad articular para mejorar la rigidez.
  • Ejercicios de refuerzo muscular, especialmente para los glúteos, los cuádriceps y los músculos isquiocrurales (la parte posterior del muslo).
  • Ejercicios de Estabilidad del Core, con el objetivo de fortalecer todas las estructuras musculares en la parte central del cuerpo y permitirnos mantener una postura correcta.
  • Si es necesario, una dieta sana y equilibrada para una pérdida gradual de peso.

Estos ejercicios deben necesariamente ser personalizados y establecidos junto con un fisioterapeuta o un licenciado en ciencias motoras con experiencia en rehabilitación, que sabrá dosificar las cargas y los tiempos de descanso en función del estado clínico y la edad de la persona con artrosis.

 

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