Síndrome del Piriforme: cuánto dura y cómo tratarlo

4 MIN 18 febrero 2022

El síndrome del Piriforme es un trastorno que afecta a la parte posterior de la pelvis, cuando el nervio ciático es comprimido por un músculo de la región glútea, llamado Piriforme. Es una causa a menudo no diagnosticada de dolor en el glúteo, que puede irradiarse hasta el nervio ciático, dando lugar a ciática y molestias más o menos agudas en la extremidad inferior.

La definición actual esboza cinco aspectos característicos, que no siempre se manifiestan simultáneamente:

  1. antecedentes de traumatismo local;
  2. dolor localizado a nivel de la articulación sacroilíaca y la nalga, que se extiende a lo largo del nervio ciático y se asocia a dificultad para caminar;
  3. punzadas agudas de dolor al agacharse o levantarse;
  4. presencia de una masa cónica palpable a nivel del músculo piriforme;
  5. prueba de Lasègue (o signo de Lazarevic) positiva.

El síndrome del Piriforme afecta con mayor frecuencia a las mujeres (con una proporción de 6:1 en comparación con los hombres), especialmente en el grupo de edad de 30-40 años.

Veamos los síntomas, las causas y, lo que es más importante, los remedios para aliviar el dolor asociado al síndrome del piriforme.

El músculo Piriforme: un poco de anatomía

El músculo Piriforme es un músculo pequeño, plano y de forma triangular que se encuentra en la parte posterior de la cadera, en relación profunda con el músculo Glúteo Mayor. Se origina en la cara anterior del sacro y ligamento sacrotuberoso a través de la gran incisura isquiática, y se inserta en la cara supero-medial del trocánter mayor del fémur.

El Piriforme es uno de los seis músculos rotadores laterales de la cadera y es esencial para realizar los movimientos de extroversión, abducción y extensión del fémur; también ayuda a estabilizar la articulación de la cadera.

Al estar inervado por ramas del plexo sacro (L5-S2), el músculo Piriforme se ve afectado por disfunciones en la región lumbar. Su particularidad radica en que anatómicamente está en estrecho contacto con el nervio ciático: el nervio ciático pasa profundamente por debajo de este músculo y luego sale por el canal subpiriforme. Por lo tanto, las retracciones, contracturas, traumatismos o inflamaciones del músculo Piriforme pueden afectar al nervio ciático de forma muy importante.

Causas del síndrome del Piriforme

Las causas que provocan el síndrome del Piriforme aún no se conocen del todo y a menudo resulta difícil rastrear los motivos que conducen a esta disfunción. A continuación se indican algunas de las causas más frecuentes:

  • Origen traumático: por ejemplo, una caída sobre las nalgas a menudo varios meses antes de la aparición del dolor. En estos casos, los traumatismos pueden provocar inflamación y espasmos musculares, con la consiguiente irritación del nervio ciático.
  • Disfunciones de la articulación sacroilíaca.
  • Disfunción lumbar inferior, en particular de las vértebras L5-S2.
  • Hernia discal localizada en la zona L5-S1 que irrita el nervio ciático.
  • Heterometría de los miembros inferiores, es decir, una diferencia de longitud más o menos pronunciada entre la pierna derecha y la izquierda.
  • Consecuencia de una operación de prótesis de cadera.
  • Relación anormal entre el músculo Piriforme y el nervio ciático.
  • Rigidez de la articulación de la cadera.
  • Problemas relacionados con el apoyo podal de un pie o de ambos.

Síntomas del síndrome del Piriforme

El síndrome del Piriforme provoca en primer lugar dolor en la nalga, con o sin irradiación a la región posterior del muslo, que a veces puede extenderse a la rodilla o a la pantorrilla. El dolor suele ser más agudo al sentarse, debido a la compresión del músculo y al nervio ciático causada por la posición.

El médico especialista podrá diagnosticar el síndrome gracias a la historia clínica y a algunas pruebas específicas, como el test de Pace, el test de Freiberg y el test FAIR. En cambio, la exploración instrumental sólo se utiliza para excluir otras patologías.

El diagnóstico diferencial debe formularse teniendo en cuenta todas las afecciones derivadas de estructuras adyacentes al músculo piriforme, como coxalgia (dolor de cadera), dolor en la articulación sacroilíaca, lumbalgia relacionada con una hernia discal lumbar, estenosis lumbar o síndrome de la articulación facetaria lumbar. En concreto, las hernias discales pueden manifestarse con síntomas muy similares a los del síndrome del piriforme, por lo que suele recomendarse una resonancia magnética de la columna lumbar para descartar esta patología.

Tratamiento del síndrome del Piriforme: estiramientos y ejercicios útiles

El tratamiento conservador suele ser suficiente para la resolución del síndrome. A nivel médico, los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y los relajantes musculares muestran una buena eficacia para reducir tanto la inflamación local como el dolor y el espasmo muscular.

Ponerse en contacto con un fisioterapeuta especializado en trastornos musculoesqueléticos es importante, ya que, mediante ejercicios terapéuticos y técnicas de terapia manual, ayuda a corregir los problemas biomecánicos causados por alteraciones posturales y disfunciones articulares, tratando el problema desde la raíz. También son útiles las técnicas para aliviar el espasmo del músculo Piriforme, como el masaje transverso profundo o la Tecarterapia.

Los ejercicios de estiramiento del músculo Piriforme pueden ser muy eficaces en la reducción y el tratamiento diario de los síntomas, ya que ayudan a estirar y descontraer el músculo. Son ejercicios muy similares a los de la ciática, sencillos y seguros, que una vez aprendidos pueden repetirse de forma autónoma y continuada en casa: tumbarse boca arriba y realizar flexiones de cadera repetidas por encima de 90°, aducciones y extrarrotaciones.

Cuando el tratamiento basado en fisioterapia, estiramientos, terapia física y medicación no es suficiente, se puede considerar el uso de terapias invasivas para tratar el síndrome del Piriforme junto con el especialista médico. Entre ellas, la inyección local con fármacos anestésicos y cortisona desempeña un papel fundamental. Si fracasan los tratamientos conservadores, el médico también puede plantearse recurrir a la terapia quirúrgica, que consiste en la «liberación» del músculo piriforme y la neurólisis del nervio ciático. Afortunadamente, son muy raros los casos que requieren la cirugía.

¿Cuánto dura el síndrome del Piriforme? Tiempo de recuperación con fisioterapia

Una vez establecido el diagnóstico del síndrome del Piriforme y realizado el tratamiento correcto, los síntomas desaparecen rápidamente: Por lo general, el dolor y la fase aguda pasan en 7-14 días si se combina la fisioterapia con un reposo adecuado.

Si la evaluación fisioterapéutica y/u osteopática revela disfunciones tales como bloqueos articulares o problemas posturales que podrían llevar a padecer de nuevo el mismo síndrome, se recomienda en su lugar emprender un tratamiento a largo plazo para corregir estos aspectos y evitar así su reaparición.

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