Pisa Sporting Club: la fe futbolística de una ciudad

4 MIN 17 abril 2024

Parece que fue ayer, y sin embargo han pasado 26 años desde que un famoso semanario escribía en la portada: «Italia es una República fundada en el fútbol». Acostumbrados a provocaciones muy diferentes y a noticias más dramáticas, es difícil explicar el impacto que tuvo en los lectores de entonces, suscitando bastante indignación. 

La verdad, sin caer en la blasfemia, es que en Italia el fútbol es nada menos que una fe, capaz de enardecer espíritus, conmover hasta las lágrimas, desencadenar conflictos o afianzar alianzas. Es un carrusel de emociones, un deporte maravilloso que regala 90 minutos en los que nos olvidamos de todo lo demás. 

«Los futbolistas son vistos como superhéroes, pero detrás de ellos hay un ser humano común y corriente, con sus límites, sus temores y sus incertidumbres. Por eso, mantener un buen equilibrio psicofísico dentro y fuera del campo es fundamental para rendir al máximo en el terreno de juego». 

«El fútbol es una metáfora de la vida», es decir una escuela en la cual aprender a estar en grupo y a ser desinteresado, leal y humilde. Al fin y al cabo, un partido no es solo el resultado: ganar o perder determina los puntos en un campeonato, pero también es, y sobre todo, una oportunidad para ponerse a prueba a si mismo, la eficacia de los entrenamientos y consolidar la alquimia del equipo. 

«Se necesita cabeza y talento para ir hacia delante. En el fútbol, el compromiso, el trabajo duro y el sacrificio son necesarios para alcanzar el objetivo». 

La historia del Pisa Sporting Club es el emblema del compromiso, del trabajo duro y del sacrificio: fue en los albores del siglo XX cuando unos chicos empezaron a jugar con un balón hecho de trapos y porterías creadas con los abrigos, los mismos jóvenes estudiantes que el 9 de abril de 1909 fundaron el equipo al que muchos ciudadanos aún juran lealtad eterna. 

Han pasado 115 años, sin duda la profesión de futbolista ha cambiado, al igual que la intensidad de los entrenamientos y las dinámicas dentro y fuera del campo, pero el valor del equipo ha permanecido intacto. 

«El equipo es fundamental, ya que es importante crear equilibrio y respeto entre cada miembro del equipo para fomentar una competencia sana y desarrollar un sentido de pertenencia. Porque la victoria no es de uno solo sino que es de todos». 

Un equipo que crece, se entrena y persigue un único objetivo: el mejor rendimiento posible. En el entrenamiento como en el juego, cada jugador debe ser capaz de mantener el ritmo, mejorando las habilidades técnicas y físicas para reducir el riesgo de lesiones. 

«El rendimiento reúne los principios de una auténtica disciplina deportiva: técnica, preparación física, espíritu de equipo y preparación mental. El jugador de alto nivel debe trabajar en estas cuatro áreas para superar sus límites y el límite no debe verse como un concepto negativo, sino como un objetivo que hay que alcanzar y superar». 

Trabajar los propios límites es la tarea de todo deportista profesional: analizarlos, comprenderlos y superarlos son pasos de un proceso diario en el que entran en juego componentes esenciales, como la técnica y la preparación atlética. El entrenamiento mental es igualmente importante pues ayuda a que cada jugador alcance su potencial, aprendiendo a gestionar el impacto emocional del fútbol profesional con todos los problemas que podrían afectar negativamente a la trayectoria de crecimiento del deportista, especialmente a una edad joven. 

«El aspecto psicológico y el entrenamiento mental están muy subestimados en el mundo del fútbol. Los chicos de hoy tienen muchas expectativas, ilusiones, presiones que generan ellos mismos, sus familias, la prensa, los aficionados, las redes sociales. Saber controlarlas con el equilibrio correcto es fundamental. Están bombardeados por una enorme cantidad de información e inputs constantes, tanto positivos como negativos, y saber manejarlos es la parte más compleja e importante». 

Cetilar® ha celebrado recientemente su primer lustro como patrocinador principal en las camisetas de los negriazules, sellando una alianza que comparte el amor por el territorio y el deporte y todo lo que ello representa: determinación, diversión, pero también educación y respeto.  

Los jugadores del Pisa Sporting Club se encuentran entre los primeros deportistas que han probado los productos de la línea Cetilar® Nutrition, diseñados y formulados para ayudar con el rendimiento deportivo y favorecer la ingesta de nutrientes esenciales, proporcionando al deportista una fuente fiable de energía durante el ejercicio físico. 

«La nutrición, al igual que la recuperación física y el descanso mental, forman parte de ese entrenamiento invisible que nadie ve, pero que es tan importante como el entrenamiento físico. Sin un plan de nutrición adecuado, se corre el riesgo de malograr todo. Hablamos de nutrición diaria, pero sobre todo de suplementación alimentaria, que es fundamental para que un deportista alcance el mejor rendimiento posible». 

El equipo del Pisa Calcio ha recorrido un largo camino desde aquel balón de trapos que rodaba por la Piazza San Paolo a Ripa d’Arno, movido por esa fuerza que aúna la fe futbolística en todos los rincones del planeta: la pasión.

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