Distensión muscular: qué es, cómo tratarla y las diferencias entre distensiones, esguinces y desgarros

4 MIN

Distensiones (comúnmente llamadas tirones), desgarros, contracturas, son todas lesiones musculares que pueden producirse durante la práctica deportiva o en un contexto cotidiano, por ejemplo al levantar un peso de forma incorrecta o como resultado de un movimiento brusco y repentino. Pero cuidado, no son sinónimos.
Cada una de estas lesiones musculares varía en intensidad y duración, por lo que los remedios y los tiempos de recuperación también varían.

En este artículo, profundizaremos las causas y los síntomas de una distensión, explicaremos las diferencias con un desgarro muscular o una contractura muscular y comprenderemos qué hacer para recuperarse rápidamente.

Qué es una distensión muscular? Diferencia entre distensiones, desgarros y contracturas

La distensión, en términos médicos también denominada elongación muscular, es una lesión de gravedad intermedia, que hace que las fibras musculares se estiren más allá de su capacidad fisiológica normal. Si tuviéramos que clasificar las lesiones musculares en función de su gravedad, las distensiones figuran entre la contractura muscular (aumento permanente del tono muscular) y el desgarro muscular (rotura de las fibras musculares).

Los músculos más propensos a las distensiones musculares son los pertenecientes a la extremidad inferior, es decir, el muslo y la parte posterior de la pierna. En particular, se ven afectados:

  • el músculo cuádriceps femoral, especialmente el recto femoral;
  • los músculos isquiocrurales, en particular el bíceps femoral;
  • los músculos aductores;
  • el músculo de la pantorrilla (tríceps sural).

Estas lesiones son bastante frecuentes en deportes como el fútbol, el tenis, el rugby, el atletismo y similares.
En cambio, en la parte superior del cuerpo, las distensiones son poco frecuentes, pero pueden producirse principalmente en el músculo pectoral, el bíceps braquial y los músculos abdominales.

Las causas de las distensiones

La distensión muscular es una lesión muy frecuente, sobre todo en el deporte, que provoca un estiramiento brusco y excesivo del músculo. La distensión puede deberse a varias causas, entre ellas:

  • falta de calentamiento adecuado antes de la actividad física;
  • condición física mediocre;
  • excesiva carga de trabajo;
  • movimiento brusco y violento (por ejemplo, una caída);
  • microtraumatismos repetidos en el músculo;
  • fatiga psicofísica excesiva;
  • rigidez de las cadenas musculares;
  • descanso insuficiente entre sesiones de entrenamiento.

Síntomas y diagnóstico

En el caso de una distensión, el síntoma principal es el dolor agudo que surge repentinamente en forma de punzada en el momento de la lesión, y luego empeora una vez que se interrumpe la actividad física y el cuerpo se «enfría». En caso de distensión de la pantorrilla o el muslo, puede haber dificultad para caminar y cojera en las 24 horas siguientes a la lesión, a veces con aparición de hematomas localizados debidos a la rotura de capilares. Si el dolor es tolerable y no causa grandes dificultades motrices, a menudo puede confundirse con una simple contractura.

El diagnóstico de una distensión muscular suele ser clínico: el médico o fisioterapeuta, basándose en los síntomas y la dinámica de la lesión, podrá decir si se trata de una simple contractura, distensión o desgarro. En caso de duda sobre el alcance de la lesión muscular, una simple ecografía puede dar una respuesta precisa. El diagnóstico diferencial es esencial para establecer el plan de recuperación, ya que algunas técnicas que están indicadas para las contracturas (por ejemplo, estiramientos y masajes) no se recomiendan en caso de distensiones o desgarros musculares.

Qué hacer en caso de distensión muscular

Qué hacer de manera autónoma después de una distensión

En caso de dolor repentino y agudo durante la actividad física, en un punto concreto de un músculo, podemos estar ante una distensión muscular. Cabe recordar que lo primero que se debe hacer es interrumpir inmediatamente la actividad física.
Después, reposo y aplicación local de hielo durante 15’-20’ varias veces al día durante los 3 primeros días. También es aconsejable acudir a un fisioterapeuta deportivo o a un médico lo antes posible para evaluar el alcance del daño.

Tratamiento farmacológico de la distensión

Normalmente para una distensión no es necesario seguir un tratamiento farmacológico. Cuando hay mucho dolor, el médico puede recomendar AINE (antiinflamatorios no esteroideos) durante unos días para reducir la inflamación. En la primera semana tras la lesión, la aplicación local de una crema para traumatismos articulares y musculares.

Fisioterapia y tiempos de recuperación

En la primera fase de la rehabilitación, el objetivo es disminuir la inflamación y el dolor. Además del reposo, la Tecarterapia y Láserterapia pueden ser útiles para acelerar la recuperación.
En la segunda fase, una vez que el dolor ha desaparecido y la distensión se ha curado, comienza la fase de recuperación: mediante ejercicios de intensidad creciente realizados en el gimnasio, se fortalece el músculo afectado y se simulan los gestos atléticos que el deportista tendrá que repetir en el campo, prestando mucha atención al estiramiento (stretching) y calentamiento, esenciales para evitar una nueva lesión.
El tiempo de recuperación depende de la gravedad de la lesión muscular, pero suele oscilar entre 2 y 3 semanas.

Consejos de prevención y consecuencias de una distensión muscular no tratada

En muchos casos, la distensión es un acontecimiento que escapa a nuestro control y que no podemos predecir. Sin embargo, podemos disminuir la probabilidad de que se produzca siguiendo unos sencillos consejos:

  • hacer siempre un buen calentamiento general y específico antes de la actividad física;
  • no pedir al cuerpo esfuerzos que estén fuera de su alcance, sobre todo si uno se siente cansado física y mentalmente;
  • mantener los músculos flexibles y las articulaciones móviles con frecuentes sesiones de estiramientos y ejercicios posturales;
  • respetar el tiempo de recuperación entre sesiones de entrenamiento.

Una distensión suele curarse sólo con reposo (que puede ser más o menos prolongado según la gravedad de la lesión) y no deja secuelas. Sin embargo, si subestimamos la lesión y seguimos realizando nuestra actividad deportiva a pesar del dolor, podemos incurrir en una lesión más severa, como un desgarro muscular. En ese caso, el tiempo de recuperación es considerablemente más largo, y oscila entre unas semanas y varios meses.

Más consejos
Mantente en contacto
Suscríbete al boletín de noticias de Cetilar y recibe un descuento del 15% para usar en tu primera compra!

Al suscribirte, aceptas recibir nuestros boletines de noticias y declaras ser mayor de edad y haber leído la Política de privacidad, además de autorizar el tratamiento de tus datos con fines de marketing.