Dolores musculares: entre mialgia y dolor muscular de inicio retardado

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Cuando se habla de dolor muscular, se puede hacer referencia a diversas afecciones, que van desde la mialgia crónica al dolor muscular de inicio retardado (DOMS).

Índice:

Mialgia

¿Qué significa mialgia? Mialgia es el término médico utilizado para referirse a lo que más comúnmente se denomina «dolor muscular». La palabra deriva del griego: mys músculo y algìa dolor, es decir dolor muscular.

La mialgia es un síntoma de muchas enfermedades o afecciones, y puede clasificarse en:

  • mialgia aguda
  • mialgia crónica
  • mialgia localizada
  • mialgia generalizada

La causa más frecuente de mialgia aguda es la sobrecarga de un músculo o grupo de músculos; otra causa probable son las infecciones víricas, sobre todo si se produce en ausencia de traumatismo. Por otra parte, las mialgias de larga duración pueden ser causadas por miopatías metabólicas, enfermedades reumáticas, pero también por ciertas carencias nutricionales y el síndrome de fatiga crónica, que el paciente refiere con dolores musculares generalizados. En la siguiente sección analizaremos las causas en detalle.

Causas de Mialgia

La mialgia puede ser un efecto secundario de algunos fármacos. Entre ellos se encuentran las estatinas (fármacos para el colesterol), conocidas por causar dolor muscular, y los glucocorticoides, los fármacos inmunosupresores y antimicrobianos que causan miopatías farmacógenas, es decir, enfermedades que afectan al tejido muscular. Dejar de tomar repentinamente dosis elevadas de estos fármacos o de opiáceos, benzodiacepinas, cafeína o alcohol puede ser la causa de la mialgia.

Sin embargo, las causas más comunes de mialgia son la sobrecarga muscular, por ejemplo, debida a una actividad deportiva excesiva que conduce a la manifestación de dolor muscular de inicio retardado (DOMS), lesiones y tensión. Estas causas suelen provocar mialgias agudas. En cambio, la mialgia crónica puede deberse a diversas enfermedades o responder a determinados factores desencadenantes, como traumatismos o vacunaciones.

La mialgia aguda es el síntoma principal de muchas afecciones agudas, entre ellas:

–        Traumatismo o sobrecarga: este tipo de dolor muscular es localizado y afecta sólo a unos pocos músculos o a una pequeña región del cuerpo.

–        Gripe: no es infrecuente experimentar dolor muscular cuando el cuerpo está trabajando para curarse, como ocurre durante los periodos gripales.

–        Enfermedad de Lyme: en un principio, esta enfermedad transmitida por garrapatas se presenta con síntomas similares a los de la gripe, incluido el dolor muscular.

–        Carencias de vitaminas y minerales: distintas carencias de vitaminas y minerales provocan dolor muscular, entre ellas las de vitamina D y potasio.

 

La mialgia crónica suele ser el síntoma principal de afecciones musculoesqueléticas y enfermedades autoinmunes, entre las que mencionar:

–        Fibromialgia: esta afección se caracteriza por un dolor muscular generalizado que puede ser pulsátil y/o punzante.

–        Artritis reumatoide: los mismos procesos que causan la inflamación de las articulaciones también pueden causar dolor muscular.

–        Esclerosis múltiple (EM): el dolor y la rigidez musculares y los espasmos musculares involuntarios son síntomas comunes de la EM.

–        Depresión: la depresión puede manifestarse con síntomas físicos, como dolores musculares.

 

Diagnóstico

Conviene precisar que la mialgia es un síntoma, no un diagnóstico. El diagnóstico de una enfermedad subyacente suele implicar el estudio de las posibles causas del dolor muscular asociado a otras enfermedades, especialmente aquellas en las que el dolor muscular y/o la inflamación son las principales molestias.

Acudir al médico es útil para identificar una afección subyacente que pueda haber desencadenado la aparición del dolor muscular. Llegar a un diagnóstico puede incluir una serie de pasos:

–        El historial médico del paciente es el paso inicial cuando una persona informa de un dolor muscular. El proceso incluye un historial completo de lesiones, enfermedades y medicaciones anteriores y actuales.

–        La exploración objetiva examina la localización del dolor, la presencia de rigidez y debilidad muscular y la observación de la postura.

–        Los análisis de sangre son útiles para detectar lesiones musculares o de tendones y ligamentos, inflamaciones y para excluir ciertas afecciones subyacentes.

–        El diagnóstico por imagen, incluidas las radiografías y la resonancia magnética, puede utilizarse para diagnosticar y excluir otras causas de mialgia.

Tratamiento

La fisioterapia es el tratamiento más común para las mialgias agudas y crónicas. Puede aumentar la flexibilidad de los músculos contracturados y doloridos y fortalecer los tejidos circundantes. La terapia física, como la Tecarterapia, también puede ser útil.

El terapeuta también puede ayudar a encontrar formas de controlar el estrés y centrarse en la ergonomía en el trabajo y en casa.

Además de la fisioterapia, existen medicamentos que ayudan a controlar el dolor. Las mialgias provocadas por una sobrecarga o un esfuerzo físico excesivo suelen responder bien a los analgésicos.

Hay muchos casos diferentes que pueden atribuirse a la fibromialgia y, por tanto, a las enfermedades reumáticas y su tratamiento. Esta patología necesita un enfoque multidisciplinar y fármacos especiales que deben ser prescritos por el médico especialista.

Dolor muscular de inicio retardado (DOMS)

El DOMS, por sus siglas en inglés, «Delayed Onset Muscle Doreness» o Dolor muscular de inicio retardado, es una sensación de agujetas, molestias y dolor en los músculos después de un ejercicio intenso al que no se suele estar acostumbrado. Se cree que el DOMS se debe a un daño muscular temporal y a una inflamación, cuyo desencadenante más común parece ser el componente de contracción muscular excéntrica de los ejercicios (cuando el músculo se contrae durante el estiramiento).

¿Por qué se produce el DOMS?

Como ya se ha mencionado, el DOMS suele estar relacionado con ejercicios de tipo excéntrico, como las carreras cuesta abajo, los ejercicios pliométricos (ejercicios dinámicos para obtener fuerza explosiva) y el trabajo tradicional de sobrecarga (como los ejercicios con pesas). Como resultado de estos ejercicios, se producen microdaños en la membrana de las células musculares, lo que provoca una respuesta inflamatoria. Esta inflamación actúa directamente sobre las terminaciones nerviosas que causan la sensación de dolor. Además, se generan radicales libres, que pueden dañar aún más la membrana celular.

Por lo tanto, es importante diferenciar el DOMS de otras lesiones, como los desgarros musculares. Con DOMS, de hecho, es posible continuar la actividad física sin incurrir en daño muscular, mientras que hacerlo con un desgarro puede empeorar seriamente la lesión.

¿Cuándo se produce el DOMS?

El dolor muscular se hace evidente unas horas más tarde, precisamente entre 8 y 10 horas después del ejercicio, alcanzando su punto máximo entre las 24 y las 48/72 horas. Suele desaparecer por sí solo al cabo de 5-7 días, aunque se pueden poner en práctica algunos trucos para reducir este tiempo.

DOMS y ácido láctico: un error común

A menudo ocurre que al día siguiente de un trabajo intenso, un deportista diga «me duelen las piernas, están llenas de ácido láctico». Esto es un error: el nivel de ácido láctico aumenta considerablemente durante el ejercicio intenso y provoca esa sensación de quemazón y/o agujetas durante o inmediatamente después del ejercicio.  En 60 minutos, el cuerpo lo elimina por completo. Como hemos visto, el DOMS alcanza su punto máximo a las 24-48 horas, cuando los niveles de ácido láctico en sangre son perfectamente normales.

 ¿Puedo practicar ejercicios con dolor muscular?

Se podría pensar que, dado que el DOMS está causado por microlesiones musculares, sería mejor evitar el entrenamiento intenso hasta que los síntomas se hayan resuelto por completo. En cambio, estudios recientes refutan esta afirmación. Si bien está establecido que en las primeras 48 horas, los músculos afectados por el DOMS se enfrentan a una pérdida de fuerza, este estudio afirma que el entrenamiento intensivo realizado al menos dos días después del anterior, a pesar de la presencia del DOMS, no empeora el rendimiento.

Por lo tanto, es aconsejable esperar 48 horas después de un ejercicio intenso que haya causado dolor muscular antes de realizar otro de la misma intensidad, aunque el DOMS aún no haya desaparecido.

Remedios: cómo aliviar el dolor muscular de ejercicio físico

Como se ha indicado anteriormente, el DOMS causado por el ejercicio físico tiende a desaparecer por sí solo tras un máximo de 5-7 días después del ejercicio que lo provocó. Sin embargo, hay algunas medidas que podemos tomar para acelerar la recuperación:

–        Realizar ejercicios aeróbicos de baja intensidad al día siguiente del trabajo intenso que ha causado el dolor muscular (por ejemplo, ciclismo, carrera ligera, natación).

–        Sumergirse durante unos minutos en una bañera de agua fría (mejor con cubitos de hielo) o una criosauna después de los ejercicios. En caso de dolor localizado en las piernas, es posible limitarse a sumergir solo las piernas.

–        Al día siguiente del ejercicio, hay que hacer una larga sesión de estiramientos combinada con respiración diafragmática.

–        En los días posteriores al entrenamiento, darse un masaje de descarga con un fisioterapeuta deportivo.

–        Inmediatamente después, o al día siguiente del ejercicio, hacer una terapia de recuperación muscular con TECAR con un fisioterapeuta deportivo debidamente formado. El potente estímulo que esta herramienta aporta al sistema circulatorio ayuda mucho en la recuperación.

–        No hay que descansar completamente hasta que desaparezca el dolor, sino que hay que volver a hacer ejercicios, incluso intensamente, al cabo de 2-3 días.

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